02/01/2025
El discurso de Navidad forma parte del acervo nacional. Enquistado en el sistema español como una garrapata, por imposición de las reglas de juego camufladas en una Constitución que pulió, fijó, blanqueó y dio esplendor a la dictadura franquista, haciéndonos creer que es una tradición, cuando, en realidad, es un mensaje subliminal, recordándonos nuestra ascendencia nacionalcatólica y romana, que no se olvide, y que lo de la aconfesionalidad del estado es una trampa, que se parece al laicismo como un huevo a una castaña, ya que la propia realidad lo desmiente cada vez que vemos a nuestros representantes, desde el jefe de Estado, llámese Borbón VI, luciendo su afinidad católica genuflexionando nuestros derechos ante una sotana y una “bendición”. O mostrando un Belén en una esquina del “discurso de Navidad”. Porque lo de mantener a la Iglesia con 11.000M€ y ponerle una cruz en la declaración de la Renta, no se le puede llamar vasallaje, como tiempos ha, pero que es un diezmo como la copa de un pino, no me lo quita nadie. Es decir, se sigue subvencionando a la Iglesia católica por mantener unos principios y valores basados en una fe y creencias que han frenado la evolución de la sociedad, al mismo tiempo que la monarquía se apega al trono, creando una saga familiar que da mucho que desear.
Esto de los discursos empezaron en una época que no había forma de evitarlos y ha continuado, con la misma cantinela, en otra época, llamada “democracia plena”, que es imposible prescindir de ellos. Si no hay discurso es que no hay Navidad, por mucho que el Corte Inglés se empeñe en recordarla o aquello de encender la iluminación pública compitiendo en ser los primeros en hacerlo (Vigo o Málaga), o poner el árbol más alto (Badalona).
Es una tradición, dicen los eruditos del tema, que a mí no me convence. Toda esta “costumbre” gira en torno al rey Georges V de Inglaterra que en 1932 leyó un mensaje de Navidad escrito por un poeta, he dicho bien, por un poeta, no por un político para otro político, con la finalidad de inaugurar el servicio mundial de la cadena BBC. Hasta aquí todo bien, pero después los “remakes” se han ido deteriorando hasta el extremo que, por estos lares, un dictador lo hizo propio a base de repetir año sí, y año también, el soniquete de sus palabras, para quien no siguiera fielmente sus consignas tras el “Españoles todos…” aunque, antes era por Nochevieja, desde 1937, que se dice pronto. Que la llegada del Borbón cambió la fecha, allá por 1975, y lo colocó en Nochebuena. Como si con el cambio quisiera blanquear el régimen precursor por un régimen “nuevo”. Y darle una pátina de religiosidad, que eso siempre le va bien a una monarquía vasalla de la Iglesia.
Y pensar que era una práctica que la perderíamos con el finado. Pues no, aquí sigue atado y bien atado. Que para eso el ”heredero” subió al trono, con la emoción, constreñido, recordando al finiquitado como:” Una figura excepcional entra en la Historia”, aquel 22/11/1975:” “Juro por Dios y sobre los Santos Evangelios, cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los principios que informan el Movimiento Nacional”. De testigo entre los invitados un tal Pinochet. Y ahí fue donde nos metió dos puyazos en la cruz, en la nuestra, la del lomo: la Iglesia y el franquismo”.
En su discurso ante los procuradores, don Juanca Uno, elogió a Franco, que había muerto dos días antes: “Una figura excepcional entra en la Historia”, señaló emocionado. Y pasados cinco días, fue uncido o coronado, como mejor quede, en la iglesia de los Jerónimos, con una “Misa del Espíritu Santo”, de la mano del cardenal Tarancón, y ¡colorín, colorado! este cuento acabó con los reyes bajo palio, pero que continuó el viacrucis para el resto de españolitos: “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. una de las dos Españas ha de helarte el corazón” (Machado).
Ahora, para seguir la costumbre. El primer discurso corresponde al “Rey”, el impuesto, el que heredó el “cortijo” de su padre el “emérito”, no el de los “magos de Oriente”, que para eso es el primero del desfile, el que se cuadra ante una cabra y, que le echa un protocolo a la cosa de ¡quieto y no te menees!
A continuación, hay un impase de una semana, para preparar el cuerpo al torrente de discursos que llegarán la Nochevieja. Aunque algunos se adelantan, para ver quién es el primero en encender las luces del árbol. No es broma. Es un discurso que, al multiplicarse por sí mismo, rompe el molde de las matemáticas, y sale una multitud de ellos que te pueden hacer atragantar las uvas. Pero no cunda el pánico, les llaman “Mensajes de Navidad o de fin de Año”, algunos hasta dicen que son de paz. Ya veremos si el Belén no se arma. Si, así como suena, MENSAJES, que eso de discurso queda muy feo.
Como cada año, por Navidad. Peor que un anuncio de colonia, se asoma a nuestras casas, con un morro que se lo pisan, nuestros más “insignes” representantes para contarnos un cuento que nadie escucha, salvo la prensa que ya lo tiene escrito, en forma de relato de buenas cosas que han hecho. Las malas, mejor no tocarlas que te pueden amargar los turrones. Unos mensajes “políticos”, adornados como un árbol de Navidad, que se han metido en nuestras vidas, sin comerlo ni beberlo. ¿Alguien ha pedido que le endosen un discurso político vestido de Navidad? ¿NO? Pues entonces que los den de baja en la programación, que hasta el rey lo agradecerá, porque lo de la oratoria no está en los genes borbónicos. Y, además, es una incongruencia que alguien que no ha sido elegido por el pueblo, nos hable de democracia. Pero como es inviolable, y lo que es peor, “irresponsable”, mejor es revisar todos los mensajes en Moncloa para que no haya faltas de “ortografía”, que ya se sabe que las interpretaciones van a salir como los fuegos artificiales en Nochevieja. Los favorables de siempre bordeando las palabras y buscando el lado con menos aristas y los críticos, que nos den, que siempre estamos sacando punta al lápiz.
Desde luego, el discurso se lo han cosido con hilo de seda para no levantar ampollas, Y como año tras año, nos saca la Constitución del 78 como si fuera la biblia en verso para defender su “espíritu y su letra”, condición indispensable para mantener la “unidad de España”. Pero ya se sabe que el partido gobernante dijo en su día; en 2021, con la voz de la presidenta del partido Cristina Narbona, que “aseguró”” con la boca pequeña que “los socialistas comparten lo fundamental de los mensajes del rey…”. Y como dijo Nicolás Tomás (en el NacionalpuntCat), en 2021: “El coronel no tiene quien le escriba, pero el rey sí.
Y ¡Ojito al dato! Que detrás del Espadón mayor del reino viene la “tropa” de los representantes autonómicos.
En CATALUNYA, el discurso de un década ha cambiado, desde que el 130 MHP Puigdemont, se comprometía a aplicar “sin dilaciones ni excusas” el resultado el Referéndum sobre la independencia, hasta un tal Aragonés que pedía la “financiación singular”, la Independencia estaba flotando en el ambiente, pero, ahora, un tal Salvador Illa (PSC) ha disipado la atmósfera y ha descafeinado el discurso recodando que la navidad es de raíces cristianas en nuestra sociedad y de camino se pasea por los valores humanos más universales: paz y fraternidad” ¡Que bonito! Casi dieron ganas de genuflexionar para que nos diera la bendición. La cuestión de fondo, es que la consigna del PSOE centralista, es que la “españolización” hay que llevarla a todos los rincones, aprovechando la brecha independentista que están entretenidos negociando, no se qué, con el trilero Sánchez. Y el tal Illa, hasta compra banderas españolas con cargo al presupuesto de la Generalitat.
En MADRID, una tal Ayuso lanza su perorata de salida: con la “unidad de España”, la Constitución y el Estado de Derecho: “Somos los primeros en cumplir la ley y pedir que se cumpla en España y por el mundo y a no permitir la impunidad ni callar delante del abuso ni el totalitarismo en cualquiera de sus formas”. Y a su lado un tal MAR, sonríe mientras sujeta el cubata con la mano derecha en alto, oyendo a su jefa de filas hablar, con la alegría que le caracteriza de su política de autonomía financiera, de la “fruta” y de los impuestos bajos y ”no arbitrarios”. Del “supuesto” fraude fiscal de su pollo pera, ni hablar.
En VALENCIA; un tal Mazón, mientras se sacude el “barro” de la solapa, reclama “lealtad y colaboración” a la Moncloa, y arenga que “se puede disentir sin destruir” pero el no dimite así le echen agua hirviendo a la poltrona. Y se ha comprometido a “trabajar sin descanso en los 103 municipios afectados por la DANA. Aunque visto lo visto de su actuación de los primeros días, es para echarle a los “leones” y tirar la llave al barranco del Poyo.
En CASTILLA-LA MANCHA, no hay manera de que un tal Page entre en “cintura socialista”. Y saca a la Transición a retortero, con el mismo afán que el Borbón VI saca la Constitución, y volver a imitarla mirándose al espejo de ella. Este no aprende nada del tiempo pasado.
En ANDALUCÍA, un tal Moreno Bonilla, desde el puerto de Algeciras reivindica el liderazgo económico y energético de la región. Estación final del corredor del mediterráneo, que pasará por Toledo. También ha comprobado que “en el Estrecho de Gibraltar, no sólo se juntan dos aguas, sino dos continentes”. No le voy a rebatir, porque del Campo de Gibraltar no dice nada, y yo estuve haciendo, aquello que le llamaban Servicio militar, en San Roque, haciendo guardia algunas noches en el puesto de la burra, le podría señalar con el dedo las deficiencias de la zona. Por ejemplo, se debería dar un paseo por las playas lindantes y cercanas a Gibraltar para cerrar la boca, y no hacer gala cuando habla de demagogia con la inmigración. A lo mejor se encuentra algún fardo, y no de tabaco precisamente, perdido por la arena.
En el fondo no saben cómo jodernos la cena familiar. Y de la Pascua Militar mejor no menearlo. (o meneallo), que la Constitución del 78 todavía los tiene de guardianes del “Arca de la Unagrandeylibre”.
Lo dejo aquí que el año tiene muchos días aún.