Atn. Jordi Bosch Bragado. Director General de Agua de Puebla.
El pasado día 30 de octubre, una persona asistió a pagar su servicio anual de agua a las oficinas de Agua de Puebla por Finanzas. Inició haciendo una larga cola para que le proporcionaran el número NIS que identifica su domicilio con nombre del propietario y si tiene adeudos o va al corriente.
Después de una larga y tardada cola, fue a formarse a otra más larga y más tardada cola para pagar, con el correspondiente número NIS escrito en un papel. Llegó con José Alberto Salazar Huesca, caja número dos, quien regresaba de su comida, según le comentó a su compañera. Esta persona le entregó el papel con el número NIS. Al checar el señor Salazar, mencionó otro nombre que no correspondía al suyo, y esta persona le dictó su nombre. El señor Salazar dijo que ese NIS no correspondía por lo que no podía atenderla, y gritó: “Siguienteee”. La persona le dijo que ese NIS se lo habían dado de acuerdo al su INE. Él respondió que no la podía ayudar y que estorbaba para seguir cobrando. La persona le pidió que, si podía regresar a pagar sin hacer cola ya que llevaba tres horas: primero en atención a clientes y después en cajas. Salazar contestó que no le importaba que hiciera otras tres horas de cola, que había gente que llevan cinco horas y no se quejaban, y que, si se metía a pagar sin hacer cola, no la iba a atender porque la gente se enojaba. Así que se quitara.
Esta persona regresó a aclarar el número NIS y la señorita que se lo había proporcionado, le dijo que estaba mal el último dígito por lo que le solicitó que si podía acompañarla a pagar para no hacer cola otra vez.
La señorita llegó a la zona de cajas (son 2) y esperó. La persona estaba atenta para saber cuándo pagar. Otra persona que se encontraba en la fila, que se había percatado de las groserías del señor Salazar, le ofreció pasar delante de ella, y el cajero le dijo que, si se metía, no le cobraría. Cuando la señorita que la estaba ayudando pasó con la otra cajera y le dictó el número NIS, esta persona se dio cuenta que el último digito era el mismo desde el inicio, por lo que, extrañada, comentó: “el último dígito usted lo corrigió y es dos”. Le respondió que no, que el correcto era uno, el de origen.
O sea: en Agua de Puebla tienes que ir con mucho tiempo para hacer colas de hasta tres o más horas y cuando llegas a pagar, si el cajero está con sus dolores de menstruación, ¡te jodes! porque cambia tu nombre cuando se le hincha la gana y cambian tu número NIS a su antojo para que vuelvas a hacer las colas que a él se le apetecen.
Lo más jodido es que, teniendo el numero NIS correcto, quien lo escribió en primera instancia, dice que el último digito está mal para tapar los dolores menstruales de su compañero; llegas a pagar en segunda ronda, y al escuchar el primero número, te sorprendes y caes en cuenta que ¡están coludidos para taparse los unos a los otros de los malos tratos al público!
Señor Jordi Bosch Bragado: le informo que, en las oficinas de atención al público, todos los empleados son jefes y no hay ningún apache. Me pregunto: ¿qué hace usted al respecto?


