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Aún cuando AMLO rendirá su protesta como presidente de la república hasta el próximo día 01/Dic/2018, vivimos momentos que parecieran eternos, entre quienes anhelamos ya el fin de este gobierno fatídico que ha resultado ser el encabezado por Enrique Peña Nieto y el inicio del gobierno ya formalmente con López Obrador a la cabeza.

Hay sin embargo abundantes señales o indicios de lo que será o lo que creemos que podremos esperar del gobierno a partir de esa fecha tan esperada. Por una parte vemos que el prianismo en sus estertores de muerte, sigue dando zarpazos desesperados para dejar el sello de su deplorable gobierno; así vemos con apenas contenida iracundia, que los precios de los combustibles siguen subiendo de manera desbocada, como si les urgiera dejar un colchón de reserva para la mayor recaudación de impuestos posible, sin que el estigma de estos incrementos pese al futuro gobierno, sino al saliente que ya no puede tener mas repudio que el que la aplastante mayoría del pueblo le ha demostrado a EPN y a su familia inefable y despilfarradora. Aunque el pasado día 14 haya tenido que pasar momentos verdaderamente desagradables cuando La Gaviota apareció en el CIS y la gente se arremolinaba para tomarse “selfies” con ella, cuando uno habría esperado que un pueblo medianamente informado de los excesos de la señora, bien podría haber aprovechado la oportunidad para echarle en cara todo el dinero despilfarrado por ella y sus hijas, a cuenta de todos los ciudadanos que la mantenemos junto con su esposo. Pero de la gente que vive pegada a la televisión abierta no se puede esperar mucho, no poco tal vez.

AMLO hay que decirlo, no se ha estado comportando totalmente a la altura de lo esperado, demasiado condescendiente con EPN haciendo que más de uno tengamos la sospecha de que ha negociado una amnistía para los más importantes miembros del gobierno saliente, a cambio de algunas ventajas que no parecen muy evidentes y que en algunos casos incluso generen dudas, como es le maridaje con el Partido Verde, que sin duda ha dado muestras de ser un refugio de oportunistas, convenencieros y descastados sin otra ideología que la del beneficio personal.

Esperamos que los recursos recaudados rindan un poco más, que la honestidad en su manejo los haga alcanzar para más, pero no tanto como para sentir que vivimos en un país renovado, la razón de mi escepticismo, es la clara señal que ha dado AMLO ahora de manera explícita, cuando ha dicho que no irá tras ningún famoso, que lo suyo no es la venganza sino el perdón, cerrando su entendimiento a que él como persona no es el ofendido, sino el pueblo de México y ese pueblo que lo eligió como representante, tiene derecho no a la venganza, sino a la justicia, que los que han saqueado, secuestrado, matado a sangre fría a ciudadanos inocentes paguen como corresponde por sus crímenes. Qué una vez perdonados por AMLO, los entregue a la justicia y que esta les aplique el castigo que corresponda. ¡Así de simple!

Las injusticias han sido muchas y muy crueles, no se puede simplemente voltear para otro lado, cuando los ladrones, los asesinos, los secuestradores, los que desde la comodidad de sus escritorios han decidido ejecutar o desaparecer a inocentes, no reciban el castigo que marque la ley para sus delitos, no pedimos más, pero no admitimos menos, eso sentará un precedente para quienes en el futuro se sientan tentados a repetir sus crímenes,

Ya de entrada el planteamiento de AMLO es equivocado, el problema no es la corrupción que tanto le obsesiona, el problema es el sistema neoliberal que la propicia, que se alimenta de los principios injustos en los que se basa dichos sistema, de tal manera que si no se abandona entonces no se podrá superar esa corrupción, menos aún por su idea romántica de que si él, AMLO no roba, entonces los demás no robarán, no es así, es más corre el riesgo de que aquellos que no resistan la tentación de amasar grandes fortunas mediante la corrupción, lo acusen a él, a AMLO de corrupto! Ahí tenemos el caso de Brasil, donde el Vicepresidente Temer traicionó a la presidenta Dilma Rousseff, con la siempre presente colaboración de los EUA, la destituyó, la quitó de donde estorbaba, siguió con Lula a quien inventó 8 años después de haber terminado su gestión, un delito de peculado y lo mantiene preso para que puedan poner un presidente dócil a los mandatos del amo.

Si AMLO se sigue manifestando débil, timorato, ingenuo, sin darse cuenta de la jauría de hienas furiosas que resulten afectadas por sus decisiones, pagará caro, incluso con su vida el no haber ejercido el poder cuando lo tuvo, sobre todo cuando tiene como ahora todo el respaldo del pueblo que en las urnas les dio su apoyo y depositó en el su fe.

No es tarde para recapacitar y enmendar los errores, ¡está a tiempo!

Por: Enrique M. Díaz Sánchez

Sep/2018

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