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Galilea Montijo, Andrea Legarreta,  Raúl Araiza, Ingrid Coronado y Alejandro Fernández entre otros ganan mucho más dinero mensual que los Magistrados de la Suprema Corte de Justicia y para lograr esos ingresos, no tuvieron que preparase con estudios universitarios, ni maestrías, ni doctorados, con el carisma basta, aunque ese carisma sean un par de piernas bonitas o una buena voz  o virilidad aparente.

Ya lo expuse anteriormente, el ingreso de los Magistrados es en promedio de 350 mil pesos mensuales con todo y prestaciones, las distinguidas personalidades del “espectáculo” y la “Alfombra Roja”,  suman además ingresos por publicidad y por presentación, independientemente de que en la calle no los agreden con reclamaciones sobre su supuesta corrupción o latrocinios como se lo hicieron a un funcionario que ni a ministro de la Suprema Corte llegaba.

Por otra parte y sin importar sus galardones académicos, si usted es abogado y se dedica al litigio de divorcios y cobranzas, al coyotaje o da clases en la Universidad Autónoma de “Patolandia”, tiene posibilidades de ser Ministro de La Suprema Corte, ya no es necesario preparase con esmero para serlo, la oferta salarial se los permite.

Ante este panorama de medianía, sobrecoge la perspectiva de lo que puede pasar con el crimen organizado, también a ellos les van a resultar las cosas más baratas, teóricamente, solo digo teóricamente, no se vaya a pensar que me paso de pesimista, los salarios de nuestros policías investidos de Guardia Nacional tendrán que ajustarse a los parámetros que desde la Presidencia de la República  ordenen, faltaba más.

Por esa razón, los señores mandones en el crimen organizado podrán corromperlos con estímulos mucho menos generosos, no es lo mismo convencer a una persona que gana poco que a otra persona que gana mucho, se les abaratan las complicidades y la protección a los delincuentes por decirlo de alguna forma, bajar los sueldos no es austeridad republicana, en otras palabras es una forma más segura de fomentar la mediocridad oficial.

Para completar el cuadro, encontraron la forma de estandarizar el bajo rendimiento de los recursos humanos en el País, bajar el presupuesto de las universidades tendrá efectos en la calidad de sus resultados, a final de cuentas, lo que se desea es que cuando terminen sus estudios cobren poco y trabajen mucho, hasta los sábados.

Y para acabarla de amolar, a la dama que supuestamente debería dirigir la Secretaría dela Función Pública se le hizo poca cosa y ya opinó sobre los sueldos y prestaciones de los empleados de las empresas privadas para que se les reduzcan sus ingresos con el objeto de reprimir la competencia en los mercados laborales y evitarle la tentación a los servidores públicos de migrar su talento al sector privado.

Dentro de todo, dice el dicho  ”Dios aprieta pero no ahorca“, son tiempos, los de finales de año para alimentar nuestro optimismo con los mejores deseos para que las autoridades entiendan que México no es un changarro, es un gran País y sus habitantes no somos “buenos y sabios”, somos seres humanos a los que nos urge insertarnos en este Siglo XXI sin cachondeos baratos.

 

Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères

18 de diciembre de 2018

 

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