Es triste ver que actuamos como depredadores entre nosotros, vemos las competencias no como una oportunidad de desarrollo y aprendizaje, sino más bien como un campo de batalla adonde generar rivalidades nos resulta más cómodo. Justificamos este comportamiento diciendo que así se miden las competencias, de forma agresiva y hostil. Y si partimos de aquí nos damos cuenta que: La agresividad es un estado emocional que consiste en sentimientos de odio y deseos de dañar a otra persona, animal u objeto, pretender herir física y psicológicamente a alguien.(web). La hostilidad suele estar relacionada con personas que: suelen estar enfadadas, ser testarudas, impacientes o impulsivas. A menudo pueden verse envueltas en peleas o pueden decir que tienen esa necesidad de golpear algo o a alguien. Esta hostilidad aísla al sujeto de otras personas (Web). Actuamos como seres incivilizados y no respetamos las normas más mínimas de convivencia social. Atacamos despiadadamente a aquel que comete el más mínimo error, actuando como niños pequeños señalando con el dedo sus equivocaciones y por si fuera poco, buscamos quien se nos una al festín de burlas dejando notar nuestra conducta totalmente inmadura y poca respetuosa ante los demás. El error es una parte esencial del camino. El error es parte del camino de todos nosotros, nadie pasa por la vida sin cometer un fallo. Pero además, no solo es una parte del camino, sino un elemento esencial. Cometer errores es el paso previo al aprendizaje. Mostrar humildad a la hora de corregir a los demás con respeto y empatía hace la diferencia creando a la vez un ambiente más armonioso y saludable. “El único conocimiento verdadero es saber que no sabes nada” Sócrates. Décadas antes Ernest Hemingway dijo: “El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad”. Los “errores” son parte fundamental para la evolución del ser humano cuando aprendemos de ellos. Atte: Terapeuta Eli Córdova.
