¿Imaginas un planeta silencioso?

Dave Goulson es una eminencia en su área: profesor de Biología (Evolución, Comportamiento y Medio Ambiente), especializado en ecología y conservación de los insectos, específicamente abejorros, con más de 30 años de investigación, por la Universidad de Sussex en Inglaterra. Autor de varios libros y más de 200 artículos académicos; en 2006 fundó Bumblebee Conservation Trust, organización benéfica cuyo objetivo es invertir el declive de la población de abejorros; en 2015 fue incluido en el número 8 de la lista de los 50 principales “Héroes de la Conservación” de la revista BBC Wildlife.

En entrevista reciente con The New York Times sobre el enorme impacto que tendría su desaparición, el científico Goulson advierte contundente: ‘Si perdemos a los insectos, todo se derrumbará’; evidencia la enorme y alarmante caída del número y variedad de insectos en todo el mundo, y señala la gran crisis q comenzaría con la falta de suministro de alimentos para los humanos.

Goulson, gran conversador y narrador, plantea lo anterior de manera muy amena, en su nuevo libro Planeta Silencioso, cuyo título nos remite al silencio que habría en la naturaleza y nuestro mundo sin insectos, ¿pueden imaginar eso? Quienes somos adultos podemos constatar que en la actualidad hay menos insectos y menor variedad lo que el autor sustenta con evidencia científica.

Planeta Silencioso es casi un compendio, libro de consulta para que los lectores localicen información concreta, fácilmente y con agilidad; primero lo dividió por partes y cada parte por capítulos, cada uno con nombres descriptivos bien definidos. Al final de cada capítulo nos hace un regalo para ampliar nuestro conocimiento más allá de moscas y mosquitos: una breve descripción de un insecto no tan común, con sus curiosas características.

El ensayo comienza explicando que los insectos aparecieron casi 500 millones de años antes que los humanos y han evolucionado con las plantas, lo que evidencia hasta qué punto los insectos son importantes. Explora la conexión intrínseca entre el cambio climático, la vida silvestre, la naturaleza y la disminución de la biodiversidad; analiza el dañino impacto por el uso excesivo de insecticidas y fertilizantes para la tierra y sus habitantes, la contaminación y falta de agua, sin hacerlo tema principal ya que no se limita a señalar los problemas como autoridad mundial en materia de biodiversidad, sino que además de lograr contagiar su amor por estos seres vivos esenciales para la vida tal y como la conocemos, hace un llamamiento para detener su declive, salvar nuestro mundo y, en última instancia, a nosotros mismos proponiendo soluciones que pasan por estar informados y actuar para revertir la situación.


alefonse@hotmail.com


El ensayo comienza explicando hasta qué punto los insectos son importantes y q aparecieron casi 500 millones de años antes q nosotros y han evolucionado junto con las plantas. Dave Goulson tmb se implica con el peso q tiene el problema de los pesticidas sin tratarlo como argumento pral,  Las plantas y el estado del agua son relevantes así como el cambio climático.

La organización del volumen por partes y estas a su vez por capítulos, con nombres descriptivos bien definidos, lo convierte en un libro de consulta ideal. No se anda con rodeos metafóricos, quien quiera recuperar una información concreta, podrá localizarla con bastante agilidad. Además, deja un premio al final de cada capítulo: una breve descripción de un insecto no tan habitual, con características bastante curiosas, q ayuda a ampliar nuestro conocimiento más allá de las moscas y los mosquitos. Supongo q para q algo guste, 1o tienes que saber que existe.

No es la 1a vez q leo a Dave Goulson. Mientras q en Una historia con aguijón te enseñaba a amar a los abejorros —o al menos valorar su presencia y respetarlos— y se permitía divagar hacia lo personal, en Planeta silencioso no evita mostrar su preocupación adoptando un enfoque más serio y objetivo. No es para menos, el capítulo q se centra en el suelo y en la huida de los pesticidas del lugar donde se supone q deben actuar me parece de lo más alarmante. Aunq no dan menos miedo las hipótesis sobre el futuro. Llevo unos días q he dejado de mirar igual los campos, el bosque y hasta mi comida. Porq, como dirían los niños, todo lo q «botas, rebota y en tu cara explota». Creo q si la gente conociese q no solo los insecticidas matan insectos, q también puede hacerlo su maravilloso huerto de petunias espolvoreadas y hasta su perro, muchos actuaríamos de otra manera. A veces el desconocimiento puede traicionar nuestros principios morales. Para evitar q pase, los capítulos ayudan a abrir los ojos de manera progresiva hasta llegar a las consecuencias.

Algo q tiene este libro, de lo q muchos otros carecen, es q Dave Goulson no se limita a soltar la bomba y a salir corriendo; se preocupa por analizar y enumerar las cosas q se pueden hacer para mejorar la situación. Algo así como una carta a los Reyes Magos en la q nosotros, a título individual, jugamos un papel fundamental. Con esta lista de esperables no solo nos ahorra deberes, sino q él mismo, mediante la divulgación orientada a crear conciencia, ya ha comenzado a trabajar. Cuando tú vas, él vuelve, ¡no pierde el tiempo! Como detalle adicional, tirando a cómico, me ha parecido muy hábil la forma con la q se enfrenta a la irritante pregunta de «¿y este animal para qué sirve?». La habré oído mil veces taladrándome los tímpanos y puedo concluir feliz q ahora tengo más herramientas para afrontarla.

Si alguien pone en duda nuestro efecto sobre el planeta, no hay más q mostrarle este libro para aclararle las ideas. Aunq, siendo sincera, esto no hará q abandone el método de la zapatilla para poder dormir bien por las noches. Creo q decorar la pared con manchurrones es el menor de los problemas, sobre todo porq los mosquitos —portadores de enfermedades— serían de los pocos afortunados en salir airosos de este juego sucio en el q se ha convertido la naturaleza… y nosotros formamos parte de la naturaleza aunq nos empeñemos como adolescentes rebeldes en negar lo evidente.

Hay silencios q te ponen los pelos de punta. Este debería ser uno de ellos. Si no es así es porq no entendemos lo q está ocurriendo en realidad y todo lo q implica, pero para eso está Planeta silencioso de Crítica. El biólogo Dave Goulson explica de forma clara y ordenada por qué la pérdida de biodiversidad de los insectos podría transformar el mundo. Las evidencias te ponen un nudo en la garganta.

Soy la 1ª q en verano se atrinchera tras una malla mosquitera, zapatilla en mano, atenta para atacar a la menor señal del enemigo. Busca mi sangre, así q yo quiero la suya. La guerra es la guerra. Nunca va a ser justa. Eso no significa q su vida valga menos, es solo q no me gustan los mosquitos y, quién sabe, puede q solo los quiera su madre. Por eso la invoco al rascarme las picaduras. Sin embargo, hay algo q me inquieta; y no solo a mí, mucha gente se ha dado cuenta de ello. No recuerdo un verano de la infancia en el q no se llenase el parabrisas de insectos —‘clac’ «¡Ese ha sido gordo!»— y ahora q alguno reviente contra el cristal se ha convertido en la excepción. No sólo parece haber menos, sino menor variedad. Pero esto son observaciones particulares, Planeta silencioso aporta una evidencia científica contrastada y de tipo internacional q lo confirma. ¿Pero por qué? ¿Qué está pasando? ¿Debería preocuparnos? Total, con salvar a las abejas, las favoritas, porq dan miel y nos resultan útiles, ya estaría, ¿no? Pues no. 

El ensayo comienza de la mejor manera, explicando hasta qué punto los insectos son importantes para q tomemos conciencia. El q apareciesen hace casi 500 millones de años antes q nosotros y hayan evolucionado junto con las plantas nos da una pista muy gorda. Dave Goulson es sinónimo de transparencia a la hora de abordar el tema, deja claro lo q se sabe y lo q no, porq se ha divulgado mucho mito, con lo q ayuda a centrarse. Además, aunq él sea un experto en el tema, nos muestra sus límites de comprensión, lo q genera confianza en el lector. No es un autor de tipo catastrofista, sino realista. Algo q no evita q parezca una obra de terror como ya se sintió en 1962 con el clásico Primavera silenciosa al q hace referencia.

Planeta silencioso es un muy digno sucesor de aquel ensayo en el q Rachel Carson advertía del impacto ambiental de los pesticidas. Una versión actualizada q presenta otras diferencias, porq el de Carson hacía mucho hincapié en las aves. Dave Goulson también se implica con el problema de los pesticidas porq tiene mucho peso, pero no lo trata como argumento principal, ya q la respuesta a las preguntas sobre el declive es multifactorial. Las mismas plantas y el estado del agua son también relevantes. Del mismo modo, es inevitable q pase los datos por el filtro del cambio climático de cara a hacer previsiones.

La organización del volumen por partes y estas a su vez por capítulos, con nombres descriptivos bien definidos, lo convierte en un libro de consulta ideal. No se anda con rodeos metafóricos, quien quiera recuperar una información concreta, podrá localizarla con bastante agilidad. Además, deja un premio al final de cada capítulo: una breve descripción de un insecto no tan habitual, con características bastante curiosas, q ayuda a ampliar nuestro conocimiento más allá de las moscas y los mosquitos. Supongo q para q algo guste, 1o tienes que saber que existe.

No es la 1a vez q leo a Dave Goulson. Mientras q en Una historia con aguijón te enseñaba a amar a los abejorros —o al menos valorar su presencia y respetarlos— y se permitía divagar hacia lo personal, en Planeta silencioso no evita mostrar su preocupación adoptando un enfoque más serio y objetivo. No es para menos, el capítulo q se centra en el suelo y en la huida de los pesticidas del lugar donde se supone q deben actuar me parece de lo más alarmante. Aunq no dan menos miedo las hipótesis sobre el futuro. Llevo unos días q he dejado de mirar igual los campos, el bosque y hasta mi comida. Porq, como dirían los niños, todo lo q «botas, rebota y en tu cara explota». Creo q si la gente conociese q no solo los insecticidas matan insectos, q también puede hacerlo su maravilloso huerto de petunias espolvoreadas y hasta su perro, muchos actuaríamos de otra manera. A veces el desconocimiento puede traicionar nuestros principios morales. Para evitar q pase, los capítulos ayudan a abrir los ojos de manera progresiva hasta llegar a las consecuencias.

Algo q tiene este libro, de lo q muchos otros carecen, es q Dave Goulson no se limita a soltar la bomba y a salir corriendo; se preocupa por analizar y enumerar las cosas q se pueden hacer para mejorar la situación. Algo así como una carta a los Reyes Magos en la q nosotros, a título individual, jugamos un papel fundamental. Con esta lista de esperables no solo nos ahorra deberes, sino q él mismo, mediante la divulgación orientada a crear conciencia, ya ha comenzado a trabajar. Cuando tú vas, él vuelve, ¡no pierde el tiempo! Como detalle adicional, tirando a cómico, me ha parecido muy hábil la forma con la q se enfrenta a la irritante pregunta de «¿y este animal para qué sirve?». La habré oído mil veces taladrándome los tímpanos y puedo concluir feliz q ahora tengo más herramientas para afrontarla.

Si alguien pone en duda nuestro efecto sobre el planeta, no hay más q mostrarle este libro para aclararle las ideas. Aunq, siendo sincera, esto no hará q abandone el método de la zapatilla para poder dormir bien por las noches. Creo q decorar la pared con manchurrones es el menor de los problemas, sobre todo porq los mosquitos —portadores de enfermedades— serían de los pocos afortunados en salir airosos de este juego sucio en el q se ha convertido la naturaleza… y nosotros formamos parte de la naturaleza aunq nos empeñemos como adolescentes rebeldes en negar lo evidente.

Cuando Rachel Carson revolucionó el movimiento ecologista, lo hizo descubriendo la punta del iceberg, y no solo se demostró q tenía razón, sino q todo ha ido a peor. Con este precedente, me pregunto: ¿se repetirá la historia con Planeta silencioso? No soy vidente, pero tendemos a tropezar una y otra vez con la misma piedra y a reaccionar solo cuando nos llega el agua al cuello o han tocado «nuestras cosas», así q hay muchas probabilidades de q sí. Es muy triste. Triste y terrorífico.

Quisiera unirme al boca a boca y animar a quien se lea el libro a q trate de aplicar, en la medida de lo posible, los consejos de ese apartado final tan valioso. Porq si actuamos como siempre, in extremis, nos arriesgaremos a perder una a una nuestra fuente de alimento. Y no se muerde la mano q te da de comer. Sería terrible despertarse un día y escuchar ese silencio. Entonces sí q se nos pondría el pelo de punta, porq ya no habría nada q podamos hacer.

Planeta silencioso: Las consecuencias de un mundo sin insectos – Libros y Literatura

PLANETA SILENCIOSO | LAS CONSECUENCIAS DE UN MUNDO SIN INSECTOS Traficantes de Sueños

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Alejandra Fonseca
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