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La blanca fachada del Palacio de Bellas Artes, en el Distrito Federal. En la explanada del recinto de mármol se percibe un tenue sonido, como de marea: son los autos que surcan el amplísimo y moderno Eje Central Lázaro Cárdenas y al que todavía la mayoría de la gente se refiere como la avenida San Juan de Letrán. Corre el año de 1962.

Es el viernes 26 de enero y el magno foro tiene programado un concierto de jazz a cargo del trompetista Cecilio Chilo Morán –nacido en el pueblo de Concordia, Sinaloa– y su grupo integrado exclusivamente por mexicanos. La palabra jazz y aún resuena en los rescoldos de las voces jazzófobas que a principios de siglo escribieran ríos de tinta para denostar a este género musical, al que peyorativamente vinculaban con la frivolidad, desparpajo, desorden, bajos fondos, drogas, estridencia y negritud.

En 1921, el compositor de música tradicional mexicana Miguel Lerdo de Tejada se refería a “esa infame música hecha con los pies para los pies. Es un horror.” Es una locura de sonido, de desafinaciones […] El éxito del jazz consiste en tocar mal, lo más mal que se pueda. El jazz ha absorbido todo el mundo”.

El concierto de aquella noche de 1962 se realizó sin pena ni gloria. Así lo atestiguó la prensa de la época. Sin embargo, dicho suceso es un punto de referencia en la historia de este género o estilo en nuestro país, y a la vez resguarda en sí mismo un robusto proceso histórico de la llamada música negra que llegó a estas tierras en las primeras décadas del siglo XX, proveniente de Estados Unidos, cruzando la frontera norte y el litoral del golfo de México.

En 1962 solo se interpretaba en las calles, cafés, bares, burdeles, cabarés, hoteles de lujo (el periodista José Luis Durán había logrado llevar en 1961 el festival internacional de jazz de Newport, California, a un hotel lujoso en Acapulco), cines, restaurantes, prisiones (es famosa la orquesta de jazz de la cárcel de Belem de los años veinte) o centros nocturnos.

Este estilo fue introducido a México mediante un largo proceso de intercambio cultural en las primera décadas del siglo XX, luego de que en Estados Unidos fuera influido por muchos elementos, tanto históricos (la depresión económica mundial iniciada en 1929, el sistema de explotación y esclavitud imperante en los campos de cultivo y la industria) como sociales (las condiciones de trabajo de la comunidad negra y sus formas de expresión musical, ligadas a los cantos espirituales africanos o a las canciones para el trabajo o las marchas callejeras, en ejecuciones con pocos instrumentos) y musicales (el blues, el foxtrot, el swing, el ragtime como caldo de cultivo).

En los últimos años del Porfiriato, entre 12 y 15 bandas mexicanas profesionales recorrieron EU, ganando algunas de ellas primeros lugares en concursos musicales convocados por las exposiciones industriales. Al regresar a su país, muchos de los miembros de esas orquestas esparcieron el germen del reciente estilo de jazz y durante la Revolución (1910-1917) formaron los primeros conjuntos mexicanos con esta nueva música. Entre estos, los primeros que recorrieron México entre 1919 y 1924 fueron la All Nuts Jazz Band, Los Siete Locos del Jazz y la Winter Garden Jazz Band. Al iniciar los años veinte, muchas poblaciones del norte de la República Mexicana estaban compenetradas en la nueva música (sobre todo Tijuana y Ciudad Juárez). Pronto, también la capital del país se vio colmada por músicos de jazz, pero junto con el furor que trajo esa música aparecieron los ataques contra la misma, al considerarla como ‘ritmo violento’, vinculado al consumo del alcohol y la marihuana y a la prostitución”.  Así, el jazz encontró carta de naturalización en México y comenzaron a proliferar las grandes bandas que lo interpretaban.

Hoy en día el jazz en México cuenta con grandes intérpretes, entre los que destacan:

  • Magos Herrera
  • Rita Guerrero
  • Fernando Toussaint
  • Antonio Sánchez
  • Abraham Laboriel
  • Elizabeth Meza

Así que amable lector, le invito a disfrutar de este hermoso y mágico género que en nuestro país ha destacado y actualmente resuena en bares, y pubs dedicados al mismo.

Saludos

Oscar J Esper

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