EDITORIAL
Qué vergüenza que sepa todo el pais, que necesitan de aprobación, y lo peor, que obligan a la gente a que les “aplauda” …
“Si no es por amor, es a fuerza”, dijera ese dicho.
Esa validación extrema, esa necesidad constante de aplausos, esa soberbia para imponerse, solo denota aun ser totalmente gris y mareado en el poder…
Ebrio de vanidad…
Esa búsqueda excesiva de atención, ya es enfermiza…
La liga se rompe de tanto estirarla….
Que recuerde a su padre politico, que se sentía el próximo Benito Juarez, y resulto ser solo un “Precioso despreciable” …un exgobernador aborrecido por toda la clase politica…y una urgencia por desmarcarse y quitarse con fuego de la frente, el estigma de marinistas…hoy, con nuevos bríos a los seniles miembros de esa casta y un poder nuevo conferido por la 4T, a ese MARINISMO que todos olvidaban… ahora robustecido en la figura de Alejandro Armenta…el orgullo del grupo.
La humildad, no se le da a este nuevo grupo que gobierna, que tengan presente que el poder tiene vigencia, y que las verdaderas exigencias del colectivo, no dan tregua a un gobierno de “vedetismo”, ni reflector forzado…exige un pleno compromiso a la palabra empeñada, de cuando tomaron protesta…simple.
La gente quiere ver resultados, no dar “laics”, que laven la cara, a la simulación.