En el sexo y en la política hay una gran fuerza motriz… EL DESEO… porque el deseo -como el átomo- libera cantidades colosales de energía…
No se puede desear lo que no se conoce -o no se imagina- de ahí la importancia -en la política- de ilustrarse preparándose en la ciencia, la técnica y las humanidades, así como en las artes, pues estas avivan la imaginación permitiendo preludiar obras y acciones sin precedentes… En el sexo, la imaginación es básica para inspirar acontecimientos que deben estallar líricamente, suscitando algo nuevo y mejor para la pareja, que así ira descubriendo nuevas emociones…
En el sexo y en la política el comportamiento fluye del deseo, la emoción, el conocimiento y la imaginación… del deseo y la imaginación con similar intensidad en ambos, la emoción más en el sexo y el conocimiento en la política, descubriendo así -en uno mismo- capacidades insospechadas… porque a un alma se le mide por la dimensión de sus deseos (miren los deseos del predicador matutino) y cuando alguien desea algo, debe asumir que ello tiene un costo y debe estar dispuesto a pagarlo…
El conocimiento y la imaginación son los ojos del deseo y se convierten en pilotos del alma.
En el sexo, sabiendo que hacer y como irlo haciendo… porque no se trata solamente de hacerlo (para eso no se necesita imaginación) … y conocer, que en el sexo se llama experiencia, deriva en una mayor pericia en el actuar…
En la política, el enfoque del conocimiento debe centrarse en aquello que genere mayor bien a la ciudad, misma que siempre tendrá problemas de muy difícil solución si a ello aplicamos sólo ciencia y técnica… ahí es fundamental el arte y por tanto la imaginación… imaginar la ciudad más allá de sus problemas, indica el camino que pasa por encima de los obstáculos… Las personas sin imaginación son incapaces de lograr algo así…
En el sexo y en la política los más grandes obstáculos no se vencen convenciendo a la contraparte, sino seduciéndola… si en el sexo un diferendo se resuelve con un ramo de flores… en la polis dando a la gente motivos de satisfacción y orgullo superiores a sus legítimos reclamos -en ese momento- difíciles de subsanar…
Es así como los pilotos del alma permiten transitar -en el sexo y en la política- en medio de turbulencias…
En la política, el ardiente deseo de ser o hacer algo, nos da capacidad de realización, una razón para levantarnos todas las mañanas, siendo la clave del éxito enfocar nuestra mente en cosas que deseamos, no en cosas que tememos… En el sexo, ese urente deseo de hacer y compartir nos da poder de satisfacción y una razón para acostarnos oportunamente sin temor a decepcionar a nuestra pareja… resaltamos en ambos casos la vital importancia del conocimiento, la experiencia y la imaginación…
Los deseos débiles producen resultados mediocres -Santa Lucía, por ejemplo- igual que la flama pequeña apenas genera algo de luz y de calor, por ello debemos desear más de lo que se podría pensar que podemos lograr, y si el deseo de éxito es mayor al temor al fracaso, seguramente lo lograremos… El deseo es la clave de la motivación, pero es la determinación en pos del objetivo lo que te permite culminar exitosamente… ¡El deseo vence al miedo…! Pero el deseo estancado es veneno que se transforma en envidia… pecado triste y pernicioso que ha dado al traste -en el sexo y en la política- con grandes aspiraciones y potencialidades…
En el sexo, desear hacerlo y sólo hacerlo -como siempre- lleva a la rutina y el aburrimiento… ampliar ese hacerlo no solo al coito, sino a hacer el amor cuidando el entorno, el arreglo y la parafernalia -lo que requiere experiencia e imaginación- eleva todo más allá… al di la… como dice la canción…
Al di la; del bene piu prezioso, ci sei tu. Más allá; del bien más preciado, estás tú.
Al di la; del sogno piu ambizioso, ci sei tu. Más allá; del sueño más ambicioso, estás tú.
Al di la; delle cose piu belle. Más allá; de las cosas más bellas.
Al di la; delle stelle, ci sei tu. Más allá; de las estrellas, estás tú…
En la política, desear un ámbito excepcional donde se equilibren poder, legitimidad y eficacia y que estos otorguen a la gente dignidad y desarrollo personal y colectivo… incitar a la comunidad a desarrollar obras y acciones útiles y con significado sociocultural, es muy diferente a lo insignificante de ofrecer pavimentar calles o tapar baches… es la diferencia entre hacer lo de siempre o imaginar un orden esplendente… al di la… también en esto aplica… sobre todo cuando alguien creativo está motivado por el deseo de lograr y no por la codicia o la pretensión de dominar a los demás…
Los deseos consumados son como los peldaños de una escalera, que cuanto más subes, mayor peligro…
En el sexo, cuando una pareja destella satisfacción, muchos gazmoños se sienten ofendidos y arremeten con infamias y maledicencias contra ellos procurando mermar o anular su felicidad… En la política, los timoratos urden insidias y calumnias que impidan el empoderamiento de quienes les agravian conduciendo exitosamente la cosa pública.
Esos agraviados lo que buscan no es poder sino tener… el deseo de tener es el pecado de la codicia…
no anhelan ordenar, sino mandar… son rencores de reprimido mandamás cuyos deseos frustrados transforman su envidia en odio a quien logra lo que ellos jamás pudieron ni imaginar… Cuando dos personas desean la misma cosa -aunque con diferentes fines- y no pueden tenerlo juntos, se convierten en adversarios -si priva la inteligencia- o en enemigos -si es la envidia lo que predomina- …
Ante ello, debemos orar no por tareas iguales a nuestras fuerzas, sino por potencias iguales a nuestros deberes y rogar, no que se nos cuide de nuestros enemigos -eso lo haremos nosotros mismos- sino de quienes supuestamente serían nuestros aliados…
Por el sexo y por la política, me levanto por las mañanas tanto con el deseo de mejorar el mundo, como con el de disfrutar de él… deseando lo mejor, recelando de lo peor y asumiendo lo que hay…
Y lo que ahora hay cada mañana, son las prédicas de un charlatán que incita al pueblo bueno y sabio a disminuir sus deseos en vez de arengarle a aumentar su fuerza y desarrollar sus capacidades, porque si no deseas mucho, lo mediocre te parecerá grande… Y ya dijimos que a un alma se le mide por la dimensión de sus deseos, y los deseos de este merolico están sumidos en la obsolescencia y la mediocridad… porque si el deseo es la fuerza motriz, la T de 4ª carece de la energía vital que nuestro México exige…
Y no hay duda de ello… las insólitas declaraciones de un destacado miembro del gabinete* confirman desde dentro lo que desde afuera se percibía… la T de 4ª es un desorden, una nave en la que el capitán anda del tingo al tango sin saber ni a donde va, ni mucho menos como llegar… mientras los oficiales, el maestre y otros mandos pelean por la mejor francachela, la marinería carece de lo necesario para dar derrotero al buque (les han bajado los sueldos, quitado las computadoras y en la enfermería se carece de lo más indispensable) en tanto que los trastornos hacen que los pasajeros sufran vértigos, mareos y aún síncopes, mientras no se alcanza a ver tierra en medio de la tormenta en que les han envuelto…
“La T de 4ª no existe… no existe…” Y como el deseo nunca deja de ser insubordinado, barrunta motín no sólo entre los mandos y la marinería, sino sobre todo sumando a la mayoría de los pasajeros, que habiendo abordado un crucero y deseando un mejor navío, les ponen ahora en una trajinera xochimilca…
*Víctor Manuel Toledo Manzur, Secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales 04.08.2020
Por: Luis Paredes M