Mientras la oscura mano del “Deep State” mueve los hilos del estado, nosotros miramos el dedo que señala la Luna y nos entretenemos contando ovejas antes de dormirnos.
Dos Parlamentos diferentes, el de la Cámara Baja, o mejor dicho, la Casa de los Leones, por un lado y, su votación sobre la “reforma laboral” que, ni es reforma, ni se le parece. Y por otro el Parlament de Catalunya o el “Polvorín”, ya que se edificó como arsenal de la Ciudadela después del 1714. Y si en aquel momento rendía pleitesía al primer Borbón, Felipe V, ahora sigue rindiendo pleitesía al último Borbón de la saga, Felipe VI. Porque, lo miremos como lo miremos, ser autonomía es como un trozo de vasallaje a la monarquía no elegida e impuesta.
Allá por octubre de 2017, dos días después del Referéndum, aun con la resaca y mal sabor de boca, de que el “estado” no pudo evitarlo. Un “borbón” sentado en el trono que le regalaron, dijo un lacónico “Aporellos”, disfrazado de discurso y hasta hoy no paran de fustigar, desde todos los rincones de la “unagrandeylibre” contra la Cataluña indepe. La Cataluña que, con la única arma democrática que tiene a su alcance: la resistencia pasiva y blandiendo el voto, tímido y asustado, sacado de la faltriquera, y depositado en una urna salida de la “nada”. Aquel referéndum que, según Rajoy: “… no se celebrará “por más que se pretenda imponer de forma atropellada, chapucera e ilegal“. Pero que sí, votaron más 2,2 M de catalanes, incluido el obispo de Solsona, ese que se acaba de ir. Y el mismo día de la votación, un MpuntoRajoy se despertó de la siesta bostezando, un:” ¿Por qué coño están votando?”. Pues, con toda una crónica de represión detrás, seguimos con los ataques desde cualquier estamento del “estado español”. Y es que la “derrota” siempre genera represalias. Esta vez, de la mano de la JEC. Ese ente que se ve como juez y parte, y en cuanto ve un lazo amarillo lo adjetiva como “terrorista”, aunque esté en un despacho cerrado al público, y la sentencia de inhabilitación del afecto diputado, no sea firme por estar recurrida. No pasa lo mismo cuando se saquea las arcas de un banco y despilfarran 21.000 M de €, entonces quedan absueltos, los “supuestos delincuentes” de guante blanco. Y es que lo de Bankia es otro mundo.
Hablamos del caso del diputado de la CUP, Pau Juvillà , por tener unos lazos amarillos en su despacho del ayuntamiento de Lleida. Unos lazos que no son partidistas, sino reivindicativos del derecho a decidir, una opinión personal que podía ser compartida por gente de cualquier condición política, sea independentista o no. También fue prohibido en 1704, por el entonces virrey Fernández de Velasco, para evitar la publicidad del bando que los usaba “creando discordias entre familias”. Mientras que en los EE.UU. de la América democrática, tienen otra mirada distinta y más emocional, en recuerdo de los ausentes o desaparecidos en la Guerra Civil de 1861, hasta el punto que una canción, en 1973, “Tie a Yellow Ribbon Round the Ole Oak Tree” (“Ate una cinta amarilla alrededor del viejo roble“) de Tony Orlando y Dawn encabezó las listas pop de la época. Pero para el TSJC y la Junta Electoral Central, es un símbolo que representa al movimiento independentista y eso es suficiente para aplicar el “peso” de la ley con todas sus consecuencias, por supuestos “terroristas”. Aplicación de la “plantilla vasca”.
Una sentencia, donde la pena fue cambiada por una multa, y que está en proceso de recurso. Es decir, no es sentencia firme del TSJ, aunque eso a la JEC le trae sin cuidado. Tampoco señala la resolución que se ejecute, ni como se ha de ejecutar. Eso de la presunción de inocencia no va con la “justicia” hacia el independentismo. Porque para ellos, el 155 sigue vigente. No así la LOREG y su artículo 6.2 Son inelegibles y dice en sus apartados a) a) Los condenados por sentencia firme, a pena privativa de libertad, en el período que dure la pena. Y en el b) “Los condenados por sentencia, aunque no sea firme, por delitos de rebelión, de terrorismo, contra la Administración Pública o contra las Instituciones del Estado cuando la misma haya establecido la pena de inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo o la de inhabilitación absoluta o especial o de suspensión para empleo o cargo público en los términos previstos en la legislación penal”. Recordemos que la condena no ha sido por terrorismo, ni por rebelión, sino por desobediencia, pero quien hace la ley, hace la trampa y se toma la “justicia” a su conveniencia, lo que es lo mismo que pasarse la ley por arco de las togas. Aunque no creo que sea la primera ley “democrática” que ponga el derecho penal delante del derecho parlamentario.
Agustí Carles, en su art. (La JEC aplica la plantilla basca) del 07/02/2022, en el Nacional, decía: “El año 1995 se aprueba la LOREG, en la que el art. 6.2 a) sólo preveía la posibilidad de no poder ser elegidos en unas elecciones, los condenados por una sentencia firme, a pena privativa de libertad, durante el tiempo que dure la pena”. Y el gobierno felipista metió la modificación del b), donde habla de los delitos de rebelión, terrorismo y contra instituciones del Estado, sin estar privado de libertad, es suficiente ser inhabilitado…Y señala, que “la interpretación adoptada hasta ahora vulnera la presunción de inocencia de los electos, ya que la falta de sentencia firme estaba justificada para el terrorismo…”
En cuanto a la Casa de los Leones, da la sensación que más bien parece el “Corral de la Pacheca”, con perdón. Porque aprobar el proyecto estrella de Yolanda Díaz, llamado vulgarmente, “reforma laboral”, que no es ni reforma, ni se le parece, porque un “diputado despistado” no supo pulsar un botón entre el Sí y el No, ¡Manda güevos! diría el sabiondillo de turno. Porque hablar de los dos diputados navarros (los de UPN), no forma parte de la rabieta del PP, para ellos son su marca blanca. Y es que lo mayorías, últimamente, no están tan claras.
Y mirando fríamente la jugada, en el tema de los bancos, por decir algo actual, se nos exige un conocimiento de cajeros automáticos de no te menees. Los que están dejando, porque hay pueblos que además se quedan “sin cobertura”, y eso que el dinero que tienen es “nuestro” que, si fuera de ellos, no veríamos ni la lista de las comisiones, que eso es otro cantar, incluso si te “ayudan” a sacar dinero de tu cuenta, te pueden cobrar una comisión por torpe.
Pero, a lo que íbamos. Y no es para meter el dedo en el ojo, ya que a los políticos es la única “profesión” que no piden un nivel de estudios determinado. El primer mindundi que pase doblando la bisagra ante el “líder” le colocan en una lista y si sale elegido, a cobrar del erario público hasta que el cuerpo aguante, porque si no hay un juez que te inhabilita, que ya es raro, si no eres indepe. Sin cotizar a la Seguridad Social y de las dietas mejor no hablar. Y siguiendo a rebufo, sabéis que en las oposiciones a policía han quitado la ortografía para poder llegar a la nota de corte. Para llorar y no echar gota, o algo así.
A pesar de todo, la vergüenza viene del lado de los líderes de la bancada de la gaviota, que han puesto el grito en el cielo, pidiendo que se le permita votar de nuevo al torpe del pelotón, porque lo de ganar una votación por un voto de diferencia y que sea por error, es para echar a correr y no mirar a los Leones de la puerta. Que no Casado, que no. Que los errores en el voto no se rectifican nunca. Por cierto, ese mismo jueves, 79 diputados del PP votaron a favor de castigar penalmente los escarnios en las clínicas donde se practican abortos legales. Así que lo de tongo, mejor no airearlo.
Mientras se montan estas perfomances, no vemos lo que hay detrás, la realidad de fondo, que al diputado Juvillà se le inhabilita por un tema de menor importancia. Que no queda claro si la JEC puede ejecutar una sentencia del TSJ, o si una sentencia que no es firme y está recurrida puede ejecutarse cuando la condena fue permutada por una multa que ya se abonó. Y por el otro lado si la llamada “reforma laboral” tiene toda la importancia que debería tener, cuando en la trastienda se dan la mano la patronal y los sindicatos, porque a todos les parece buena las “modificaciones”. Y lo de los contratos indefinidos, ya venía en la ley de contrato de 1941, y la Ley de Relaciones laborales de 1976, y se perdieron en los avatares de la “Transición”. ¡Gensanta que cruz!
Como dice Josep Ma. Queralt, en lugar de hemiciclo son unos hemicircos., los dos. El allí y el de aquí, es que los representantes de la ciudadanía, no la representan y sólo representa a sus partidos.
NOTA: LOREG: Ley Orgánica del Régimen Electoral General.
Canción: Tie a Yellow Ribbon Round the Ole Oak Tree“