Caso Fortuna Dusseldorf
Hace mucho tiempo que nos quejamos que el fútbol, así como del deporte en general paso de ser público a poco a poco ser más privado o un privilegio para unos cuantos. Basta con ver como se están llevando a cabo la venta de entradas para este mundial 2026 para darnos cuenta que cada vez más es un lujo poder acceder a un partido de futbol y ya no digamos, tenis, Formula 1 o NFL.
En México los estadios, cada día están más vacíos, debido a los altos costos no sólo de las entradas sino también de los consumibles adentro. En televisión casi todos los equipos a nivel mundial venden sus derechos de trasmisión a empresas de señales restringidas obligando al aficionado a gastar ya sea dentro o fuera del estadio lo que ha hecho que la gente se vaya alejando más del deporte viendo y sabiendo que los productos que ofrecen (equipos deportivos) no lo valen, caso Puebla, Mazatlán, Tijuana, Querétaro en México por mencionar algunos.
Tanto se ha sangrado a los aficionados con las entradas, venta de jerseys, señales de televisión etc. Que el fan se ha ido alejando ante los altos costos que esto implica, quitándole el poder a la gente para dárselo a las marcas, la consecuencia es que los equipos sufren ahora por pérdidas económicas que ellos mismos provocaron. Pero a pesar del caos que se vive comercialmente en el deporte hoy en día, surge una luz de esperanza para el aficionado y también para los clubes, el caso del presidente del Fortuna Dusseldorf de la Bundesliga 2 en Alemania.
En 2022 Alexander Jobst asumió la presidencia del Club Fortuna Dusseldorf, de la Bundesliga 2, en medio de una crisis económica del club sin igual. Los aficionados ya no iban al estadio, la tienda del club no vendía nada, los bares de la ciudad estaban vacíos, el equipo estaba en riesgo de descenso a una categoría inferior. Jobst en su búsqueda de salvar al club, se le ocurrió una idea brillante, sabiendo que el deporte hoy en día está ligado a los aficionados y a las marcas comerciales para subsistir, encontró la forma de unir a estos dos, propuso que los patrocinadores pagarán las entradas de los aficionados, y que los boletos se repartieran via las páginas web de las marcas con un registro. Se hizo el experimento durante tres partidos y el resultado fue, partidos llenos, tienda con artículos agotados, patrocinadores contentos, equipo comenzando a ganar. Después se propuso que los derechos de trasmisión fueran en tv abierta para que los bares volvieran a llenarse, los precios de la publicidad en la trasmisión bajo lo que hizo que tanto en casa como en locales comerciales se vieran también los juegos para aquellos que no tenían acceso al estadio.
En pocas palabras Jobst le devolvió el futbol a los aficionados, uniendo lo comercial con el romanticismo de los fans. Este presidente de club se dio cuenta que el aficionado es quien tiene realmente el poder tanto en lo deportivo como en lo económico y que cuando se quiere aburguesar al deporte este, tarde o temprano reclamará a los aficionados comunes y corrientes que son los que dan vida a estos entes dentro de la industria deportiva.
Se imaginan que en México pasará esto, creo que es posible, si tan sólo pensarán más en los aficionados, en las familias fieles que cada semana van al estadio a consumir al estadio y en los amigos que se reúnen en bares y restaurantes para ver a sus equipos, creo yo que mejorarían el producto llamado club tanto en lo deportivo como en lo económico.
El verdadero poder está en el aficionado que es quien dan el poder económico y deportivo a los clubes y selecciones. Deseo que esta experiencia del Fortuna Dusseldorf se una fuente de inspiración para aquellos presidentes deportivos que quieren salir del bache económico que tienen sus clubes, regresando a las bases, darle al aficionado el poder para que este a su vez de los resultados económicos que se buscan.


