LOS RETOS DEL LIDERAZGO EN EL S.XXI

Hace unos días, tuve la oportunidad de ir con mis amigos Rotarios al Club de Industriales de Puebla, y conversar con ellos, a través de una conferencia y la presentación de mi libro: “EN EL UMBRAL DE LAS PUERTAS DEL INFIERNO, UNA CHARLA CON VIRGILIO”, acerca del liderazgo y los valores en nuestra sociedad y en nuestro querido México.

Cuando me preguntaron que por qué había titulado el libro así: “A las puertas del Infierno”, les comenté que se pusieran, por unos instantes, en los zapatos de una mujer, que a diario tiene que ocupar el transporte público en colonias urbanas de la Ciudad de Puebla o de México, les pregunté si se sentirían tranquilos al saber que sus esposas o sus hijas ocupan dicho transporte por las noches; también les pedí de favor que empatizaran y se pusieran en los zapatos de los padres de familia que tienen hijos con cáncer, a los cuales el gobierno les quitó los medicamentos oncológicos por supuestas y no comprobadas corrupciones y errores en los procedimientos administrativos; también les pedí que que vieran el infierno de los “otros datos de la inseguridad” y de la violencia que se vive en México; les pedí que sintieran por una noche el dolor de todas esas madres, de los miles de desaparecidos que hay en México, y que no pueden cerrar sus duelos y enterrar sus cuerpos; les pedí que analizaran a la juventud marchita y destrozada en la primavera misma de la vida, abrazándose al infierno del escusado a vomitar su tristeza y falta de atención por los trastornos alimenticios, el alcohol o las drogas.

¿No se sienten-les dije- en el umbral de las puertas del mismo infierno?

¿No será que el umbral del infierno ya está tocando las puertas mismas de nuestras instituciones democráticas, escuelas, empresas; y lo que es peor aún, está tocando con fuerza en el umbral de nuestro propio hogar y de nuestra propia familia?

Y en ese momento, en el salón donde estaba dando la conferencia, vi colgado en el atril del expositor un peldaño con la frase que los Rotarios en todo el mundo eligieron para el 2023:

 “Crea esperanza en el mundo”.

Si en las puertas del Infierno de Dante, el letrero dice: “Al entrar aquí perder toda esperanza”; en las puertas de la construcción de nuestro cielo aquí en la tierra, deberíamos ocupar la frase que eligieron los Rotarios.

Y de aquí, de ésta idea que invade mis pensamientos y mi corazón, surgen para mi  los grandes retos del liderazgo del S.XXI:

PRIMER RETO: LA CONDUCCIÓN DE UNO MISMO:

He visto, durante mis años de estudio y trabajo el como se conducen  algunos líderes religiosos, políticos y empresariales.

Me he dado cuenta que en muchos de ellos hay una constante: Atropellan al prójimo y se atropellan a ellos mismos.

Es tanta, pero tanta su energía por materializar sus ideas religiosas, políticas y empresariales, que se olvidan por completo del elemento más importante del desarrollo humano: nuestra propia felicidad.

Así, vemos gente conducirse a “gritos” y “sombrerazos”; vemos gente derramando enojos, bilis y causando temor entre sus colaboradores, que parecen más súbditos y lacayos que otra cosa. Veo familias divididas con ingresos dobles. Trajes y bolsos caros en perchas tristes y vacías.

Hay, en la gente que ocupa estos cargos y puestos directivos y gerenciales, poca inteligencia emocional, poca reflexión y mucha acción sin rumbo. Veo un gran desconocimiento de herramientas tanatológicas y psicológicas que les ayuden a ellos a resolver los conflictos con su propio “Yo” interno; hacia fuera se conducen felices y exitosos pero es sólo una máscara del profundo caos que reina en su interior.

¿Se imaginan a líderes, a presidentes municipales, a gobernadores, a gerentes, a directores, a padres de familia que no saben resolver ni manejar sus propias emociones?

No se lo imaginen. Esa es la constante.

Por eso decimos que liderazgo no es posición, porque no somos pianistas por tener un piano; por eso decimos con convicción, que el verdadero líder es el que se lidera así mismo y es su ejemplo el que lidera a los demás.

SEGUNDO RETO: LA CONDUCCIÓN DEL CONTEXTO:

Dice Ortega y Gasset:

¡Yo soy Yo y mis circunstancias, si no salvo mis circunstancias no me salvo Yo!

Éstas circunstancias a las que se refiere tan reconocido autor son el mundo que se mueve turbulentamente de la modernidad hacia la modernidad líquida (pos-modernidad).

Líderes que transitan en sus pensamientos viajando desde la razón a la emoción; pero no regresan a la razón y se quedan siempre en la “dictadura del relativismo”.

Hoy, por poner un ejemplo, Miss Universo puede ser alguien que nació con pene y testículos, pero se auto-percibió de otra manera, se operó y ahora es una mujer sin matriz y sin fundamento científico y biológico que lo avale.

Es un gran reto para el liderazgo de hoy entender estas nuevas tendencias y no sucumbir a la tentación de la moda progresista que se basa en sentimentalismos subjetivos y confusos como la ideología de género.

El líder del S. XXI entiende estos nuevos contextos, respeta siempre la dignidad de la persona humana, e incluso la preferencia sexual de cada quien, sin importar su subjetivismo axiológico. Siempre se conduce con respeto y trata con dignidad al que piensa diferente.

Porque el verdadero líder siempre discierne; y en medio de tanta confusión, en  medio de un contexto confuso en palabras e ideas; siempre sabe dar luz a través de un pensamiento claro, de una palabra certera y un ejemplo abrumador.

El líder entiende el contexto tecnológico, político, social, legal y sabe distinguir lo blanco de lo negro, lo objetivo de lo subjetivo y equilibra su razón con la emoción, y su emoción con la razón.

El líder conduce a sus grupos, a sus empresas, a sus feligreses y a su propia familia por las aguas encrespadas del relativismo hacia el puerto seguro de la razón y de los principios.

El líder está más allá del contexto y conduce a sus hermanos a un progreso que no denigre la dignidad humana.

TERCER RETO: LA CONDUCCIÓN DE LA ORGANIZACIÓN.

Para poder conducir a las organizaciones es necesario saberse conducir a uno mismo y entender el contexto.

Una vez logrados estos dos primeros retos, conducir la organización es un tema  que pasa necesariamente por la creación de una cultura humana que dé resultados.

La cultura siempre se come a la estrategia si no es una cultura organizacional donde estén  alineados los valores, la misión y la visión de la organización  a una ética en la gestión del liderazgo, en la gestión de la comunicación y  en la gestión de la Responsabilidad Social Corporativa.

Dicho de otra manera:

!Podrás ser un gran estratega que quiebre una empresa entera si no sabes gestionar liderazgo, comunicación y valores!

Invierte en fortalecer una cultura humana en tu empresa. Invierte en capacitación, invierte en tu formación como líder y aprenderás a navegar grandes organizaciones.

CUARTO RETO: LA CONDUCCIÓN DE LAS RELACIONES

Conducir las relaciones pasa por los otros tres retos.

Te conoces y te sabes conducir bien; conoces el contexto y disciernes con claridad los valores y las creencias de los principios universales; gestionas bien tu organización; y aún así, te das cuenta que conducir algo tan cambiante como las relaciones humanas es un reto muy complejo.

Para poder conducir bien las relaciones, creo yo, es necesario que apuestes mucho por la comunicación interna y externa.

Un buen Plan de Comunicación y Gestión de la Reputación es muy necesario; porque un valor que no se comunica no existe y una comunicación sin valores deshace una organización entera y a una persona.

Hablamos de la violencia en el lenguaje.

La violencia que se ejerce hoy en día, además de ser una violencia física, es la más de las veces, una violencia psicológica velada de arrogancia, silencios, indiferencia y manipulación.

Que tu lenguaje como líder sume y multiplique, jamás reste y divida; que tu lenguaje como líder respete la diversidad y promueva la unidad en tus grupos y  en tu familia; que tu lenguaje como líder sea veraz y que sepas decir sí cuando es sí, no cuando es no; que sepas decir no lo sé cuando algo no lo sabes, eso siempre hablará de tu humildad; que sepas como líder dar las gracias, porque el talento te abre puertas, pero la gratitud te las mantiene abiertas; que sepas pedir las cosas por favor, reconocer que te equivocaste y felicitar siempre en público los logros de otros, y si te toca, corregir en privado los errores de tus colaboradores.

Creo que éste tipo de lenguaje te ayudará a conducir con éxito tus relaciones.

 QUINTO Y ÚLTIMO RETO: LA CONDUCCIÓN DEL CAMBIO.

Decía Heráclito de Éfeso que lo único constante es el cambio.

Tienes que entender aquella filosofía, tan vieja y tan nueva, de que todo cambia y nada, absolutamente nada permanece.

Acepta las ganancias así como las pérdidas en tu vida; aprende a ganar perdiendo.

No quieras controlar todo y a todos; porque “la controlitis” es síntoma del miedo en un líder. El tirano es y siempre será un hombre miedoso y controlador.

Abraza los cambios en tu vida como las nuevas primaveras, pero aprende a anticiparlos y prepárate bien para ellos.

Cambia tú y cambiará tu entorno; cambia tu manera de pensar, de sentir y atrévete a vivir nuevas experiencias,  aunque tengas miedo verás resultados.

Disfruta el fracaso, porque es la antesala del éxito.

Locura, decía Albert Einstein, es pretender resultados diferentes haciendo exactamente lo mismo.

Cuestiona tus creencias, y sin dejar de ser tú, deja de de ser, y que renazca dentro de ti un nuevo ser consciente; un ser consciente de sus pensamientos, consciente de sus palabras y sobretodo consciente de sus acciones.

No seas  nunca la víctima de las circunstancias y haz que las cosas sucedan.

Cambia tu manera de liderarte y liderar a los demás.

Cambia a México y la narrativa del “ya merito”, ta arraigada en nuestra cultura.

Cuéntate historias sólo de éxito, cambia tu narrativa; y por último, para que estos cambios sucedan:

¡TRABAJA COMO SI TODE DEPENDIERA DE TI, Y CONFÍA COMO SI TODO DEPENDIERA DE DIOS!

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Diego Cardoso
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