DIÁLOGOS CON VIRGILIO
Una vez pasados éstos dos primeros niveles del infierno junto con Dante y Virgilio; que tal vez puedas ser tú o tal vez pueda ser yo, vamos conociendo la miseria humana y la tendencia a la comodidad y a ciertos placeres que debilitan nuestro carácter y desvanecen nuestra voluntad.
Podríamos decir que en esta travesía por el infierno estamos haciendo en palabras de Carlos Llano, un viaje al centro del hombre; y que de las peores adversidades sacaremos los mejores aprendizajes forjando simultáneamente el carácter y templándonos a altas temperaturas.
Mientras más caminamos más aprendemos.
Sigamos con el tercer nivel del infierno:
Tercer nivel (La Gula)
Éste nivel del infierno lo hemos construido por la falta de mesura y sobriedad en la forma de comer y también en la forma de beber.
Las adicciones como el alcoholismo azotan no sólo a los que beben sino la vida de miles de niños y mujeres en las comunidades rurales y las ciudades destruyendo familias y comunidades con brotes de violencia intrafamiliar.
Los trastornos alimenticios arrebatan los sueños de miles de adolescentes con enfermedades como la obesidad, la anorexia y la bulimia.Las adicciones a las drogas las utilizan para escapar de la realidad con la intención desesperada de querer salir del limbo y del vació existencial para terminar peor, más vació que antes, más vacío que nunca.
Cuarto nivel (La Avaricia)
Aquí empezamos a encontrar a muchos constructores de éste nivel del infierno abanderando a algún partido político, grupo económico o gobernante de cuarta que la verdad es de quinta.
La avaricia es el gran pecado de muchos líderes políticos y empresariales que no contentos con la que ya tienen, sobreexplotan a las personas y a la naturaleza misma para obtener más ganancias y riqueza. Como si la vida se tratara de una competencia por ser el más rico del panteón.
En éste nivel, adoramos al “becerro de oro” llamado dinero y poder colocándolo en el primer escalafón del podio de nuestra vida.
Quinto nivel (Ira y Pereza)
Éstos niveles del infierno son construidos y gobernados desde el discurso del odio y la polarización. Son fomentados desde tres o cuatro interminables horas de demagogia matutina con la que nos predica la retórica oficial.
No arriman el hombro ni se ponen a trabajar. Tal vez no saben; pero eso sí, incitan un lenguaje de violencia enorme, porque de la división saben sacar muy bien sus dividendos.
Son incapaces de encontrar soluciones, ni siquiera las buscan. Premian a los amigos y compadres; son los artífice del monumento al odio y a la mediocridad que hay en éste país.
Sexto nivel ( La Herejía)
Seré breve. La soberbia es tal en algunos líderes que pretenden ser como “dioses” que se auto-expulsan del paraíso creando su propio infierno.
La mente de estas pobres almas es tan pequeña que desprecian aquello que no pueden comprender como la idea de un Dios, que es a la vez La Suprema Inteligencia. Y como no saben argumentar, ante lo desconocido construyen su mundo interior sin la idea y la realidad de Dios denominándose con “orgullo” ateos y agnósticos.
Están frustrados con la idea de querer ser como Él; pero con los limites de la materia y de un cuerpo que se deteriora frente al espejo año con año.
Séptimo nivel (Violencia)
La violencia es la herramienta de los constructores de éste nivel para sostener los otros seis niveles.
No quiero ahondar en el tema de violencia porque no se necesita de mucha fe para percibirla; pero sí la quiero ejemplificar en la historia reciente de la humanidad porque quien no conoce su historia está condenado a repetirla El Infierno de la Alemania de Hitler, la Rusia de Stalin, la China de Mao, la Cuba de Fidel, La Venezuela de Chávez; el infierno de Chernobyl, de Hiroshima, de Vietnam, de Afganistan, el Narco-Estado que hay en México y el perder el derecho a nacer por error de otros. ¡Violencia desde el útero hasta la coronilla!
¿No es eso ya un infierno que en los últimos cien años nos hemos construido como humanidad en proporciones apocalípticas? Y ahora Rusia y Ucrania en guerra. ¡Se ve que no aprendemos!
Pero, tranquilos que en México hay alguien que quiere acabar con éste infierno de la violencia gastando no balazos sino abrazos y horas de salivazos de odio y polarización.No visitan a los niños con cáncer pero sí se bajan a saludar a la mamá de uno de los asesinos y narcotraficantes más grandes de la historia del México moderno. ¿Se lo explican?
Octavo nivel (El Fraude)
Líderes fraudulentos son los arquetipos de ésta espiral del infierno, que como dije en la “Carta de Nietzsche a Ladrones de Sueños”, abusan del bono de esperanza depositado en ellos para hacer creer a los indefensos y desfavorecidos que ahora sí que los van a ayudar, que ahora sí que los van a sacar de la pobreza.
¿Y qué sucede? ¡Nada! Fraude es la respuesta común de los nuevos liderazgos del mundo.
Si me preguntan cómo podría definir yo el sexenio de Andrés lo llamaría el sexenio más fraudulento de la historia; porque sin temor a equivocarme nada de lo que prometió que iba a cambiar lo cambió.
Pero la retórica y el poder del discurso matutino es cómo el 4o turno al bat de su partido de beisbol con el que batea las preguntas profundas e incómodas de verdaderos periodistas. Siempre sale bateando con la frase más fraudulenta de la historia de México: Yo tengo “otros datos”. Otros datos que sólo existen en la retórica oficial y en su mente fantasiosa. Porque la mente no sabe distinguir la realidad de la fantasía.
Noveno círculo (Traición)
Traición es un infierno y una huella psicológica y social muy profunda que se hereda de generación en generación lastimando la unidad e identidad de miles de personas y de familias en el mundo; de comunidades enteras.
La traición deja como hijas a la desconfianza, a la frustración y al miedo. Rompe la unidad del ser como persona creando dicotomías internas. Lastima la verdad, fractura la confianza y mata el amor, la amistad, la esperanza y la fe en la humanidad.
Traición se convirtió en una praxis política y sinónimo de político. Mucho tendrían que hacer los nuevos liderazgos políticos para reconstruir los puentes rotos, para curar las heridas recientemente abiertas.
De camino al Paraíso:
Espero no haberlos desanimado en éstos niveles del infierno. Los invito a mirar la realidad con optimismo y a que seamos Virgilios, a que seamos inteligentes y busquemos ayuda si nos sentimos de pronto en ésta selva oscura.
La historia no termina aquí: México y el mundo tendrán que seguir transitando y ascendiendo con la guía de nuevos liderazgos conscientes a través de éstos círculos y espirales del infierno, a veces oscuros y a veces hediondos. Después tendrá que purgar aquello que tenga que purgar; pero al final, surgirá de las cenizas como Ave Fénix construyendo hombres y mujeres nuevos, arquitectos de la civilización del amor construida a la luz de la Razón y de los Valores que nos da la experiencia en el infierno con Virgilio.
No es lo mismo el infierno con Virgilio que sin él.
¡Animo!
Caminemos con ánimo y recobremos la esperanza que lo mejor está por venir.