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“La Locura es hacer lo mismo una y otra vez de nuevo y esperando resultados diferentes” (Rita Mae Brown en Sudden Death)

Se difumina el humo del campo de batalla, quedaron atrás los meses (¡muchos!) de precampaña y campaña, por fin la ciudad se ve limpia de carteleras políticas de candidatos, llega la hora pues, de sacar recuento y reflexiones. 

He anotado algunas ideas que hoy comparto en estas líneas, se vale disentir.

  1. El votante promedio quiere mensajes simples y entendibles. Ya de por sí existe un hartazgo y descrédito de la figura política como para que encima manden gran cantidad de mensajes que confunden y no conectan.  Los comunicadores del pasado no son los del presente.
  2. Una alianza con ideologías distintas no funciona. Muchos de los electores, principalmente de 40 años en adelante, fueron testigos de las rudas e incluso violentas luchas entre PAN y PRI, causó extrañeza y en varios casos, enojo, que vayan de la mano; adicional a eso, está el antecedente de las elecciones de Chihuahua donde el dirigente panista salió muy mal parado.  El PAN debe ir sólo, como lo demostró el haber ganado varios municipios sin tener alianza.  Del PRD ni hablamos, menos del 2%…
  3. Acción Nacional debe regresar a sus orígenes, con el eje rector de sus principios de doctrina; era un partido dónde, para ser miembro activo debías conocer la historia e ideas fuerza del partido. Por supuesto que los fundadores jamás hubiesen permitido que sus dirigentes sean primeros de una lista plurinominal.  En el blanquizazul han perdido su esencia, su razón de ser, con honrosas excepciones claro.  Por ejemplo, sus primeras grandes figuras vinieron de la sociedad, del empresariado, hoy cuando intentan llegar no lo los dejan y cuando logran llegar, no los apoyan, como quedó más que demostrado con una empresaria como lo es Xóchitl Gálvez; después del 2 de junio fueron los llamados “Xóchitlovers” quienes estuvieron contando votos, revisando incidencias, y demás labor post electoral, ¿dónde estaban los dirigentes y miembros de subcomités durante esos días? Tampoco, por cierto, había del PRI y del PRD.
  4. Un candidato perdedor por ninguna circunstancia debe buscar la dirigencia de su partido; un dirigente perdedor, debe reconocer que no estuvo a la altura de las circunstancias y renunciar por mínima dignidad. Que se enfoquen éstos en ayudar a construir, desde sus experiencias, liderazgos nuevos, sin la ceguera de taller que genera estar tanto tiempo viendo lo mismo.  Así y sólo así, la población en general (los votantes), podrán ver en estos partidos, de nuevo una buena opción.  ¿Acaso creen que podrán ganar alguna futura elección haciendo lo mismo? Al tiempo…
  5. El canal para tener un puesto de elección es a través de los partidos políticos, las candidaturas independientes no existen. Pero si los partidos siguen aferrados a NO abrir espacios a liderazgos de la sociedad civil, como se les dijo y repitió hasta el cansancio, seguirán cayendo en el descrédito y perdiendo elecciones una y otra vez.
  6. El PRI ya cambió de nombre hace años, solo que muchos no lo quisieron ver, se llama Morena. Mismas técnicas, operación de tierra y, sobre todo, unidad a sangre y fuego.  Los grandes cargos de “Morena” son de puro priísta, falta ver dónde estarán sus verdaderas lealtades.  Será interesante analizarlo en un año.
  7. Movimiento Ciudadano, con apenas el 10% de votos, no representó la “tercera vía” que tanto presumieron; la “frescura” está peleada con la paternidad de su Delgado fundador. En varios estados erraron sus cálculos y su terquedad de no aliarse ni con partidos ni con la sociedad civil, los llevó a magros resultados.
  8. Las elecciones se ganan el día de la jornada. El PAN, dos veces gobierno federal, quedó muy lejos de lograr cubrir el 100% de las casillas. En el estado de Puebla se habla de apenas un 50%.  Por andar en pleitos aldeanos, perdió estructura y capacidad de operación, fue un retroceso a los años setenta; no es opinión, es un hecho.
  9. Por último, si se quiere generar un contra peso real al hoy partido oficial, NO será a través de ningún partido político; se necesita buscar la forma de cohesionar la llamada “marea rosa” a través de mecanismos estructurados, siempre conducidos por líderes emanados de la sociedad civil, sin ningún miembro de partido o funcionario público queriendo llevar los hilos. La función de los partidos (una vez que en los hechos se reestructuren y reformen), será dar cabida a los liderazgos que de estos movimientos surjan, destinado cierto número de candidaturas en el futuro inmediato (2027, 2030); de otra forma, olvídense de la oposición.

Estos puntos son de índole personal, luego de analizar y platicar con mucha gente de diferentes sectores.  Será motivo de otra columna el papel que desempeño el gobierno federal con los recursos que tuvo y sigue teniendo disponibles, acotando que el escenario ya se había visto, en aquel PRI de los años 60´s a 90´s. 

Me encantaría escuchar opiniones.  Saludos cordiales.

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