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Catalangate vs Spaingate 3

Partiendo de las reflexiones de Jordi Barbeta, donde acabé mi anterior artículo, señalo unas de ellas, por lo interesante que me parece, y que me hace entrar en el tema del llamado CatalánGate versus SpainGate:

Eso de Pegasus no es un ataque al independentismo, es un sistema de funcionamiento del Estado que se ha institucionalizado. Es un complot político que inexorablemente tendrá sus víctimas…

Para los que somos neófitos en la materia del espionaje, creemos que todo es como en las películas y series que vemos día sí y día también, donde, en la mayoría de los casos, sale un estado, un gobierno o una institución como salvador de la patria contra el “malote” de turno que quiere hacer pupa a la sociedad. Y no me refiero a un Bond cualquiera con licencia para matar. Aunque, a veces, hay alguna película que nos deja la boca seca y la reflexión dando tumbos. Y queremos mirar más allá de la pantalla. Por ejemplo, “Enemigo público”, de 1998, donde Gene Hackman encarna al agente arrepentido que pone en jaque una célula del sistema secreto americano al mando de un directivo de la agencia NSA sin escrúpulos, que se sale del propio sistema para conseguir que un congresista americano apruebe una ley que daba vía libre a las agencias de seguridad para espiar al sospechoso malvado y, al no conseguirlo, lo asesina. Es decir, en 1998, ya estaba en pantalla lo de espiar al prójimo político y a todo aquel que no era grato al sistema.

Salvando las distancias, y fabulando al estilo de un “coronel, jefe de la policía judicial de Cataluña, que hacía informes novelados en los que se basaban los jueces y fiscales del “procés”, de día, y de noche lanzaba piuladas contra el independentismo: “Ponga las urnas en el suelo, Lentamente, Las manos detrás de la cabeza, Sin movimientos bruscos. Gire”. Firmado Tácito. Es decir, policía de día, troll reaccionario de noche. Por cierto. Ni él, ni su equipo, ni el CNI, ni el espionaje, consiguieron localizar las dichosas urnas que sirvieron para votar en el Referéndum del 1-O. “El comandante en jefe de la guardia civil que ocupaba el CTTI ese día, de pronto recibe una llamada, se supone que de algún mandamás del ejecutivo, o virreina que se preparaba para la “puesta de largo”: ¿Por qué coño están votando?” y él responde: “No lo sé, desde aquí no podemos hacer nada”. Si la cosa no fuera tan grave y casposa, pensaría que Mortadelo y Filemón están detrás de Pegasus. Wlly Toledo, en un tuit, decía:” ¿Entonces llevan años espiando al Presidente de España, y Mortadelo y Filemón se enteran por el aviso de los golpistas?

 A todo ello, siguiendo el modelo, puede ser que algo similar surja de algún “despacho” o “cloaca” de la policía patriótica, supuestamente de Tres Cantos, porque alguno se cabrea al negarle el ascenso a general que, “cree” merecer, y utiliza el juguete Pegasus para espiar a unos y a otros y montar el “pollo” entre el gobierno más “progresista” de la historia carpetovetónica, de Pedro Farsánchez y el independentismo catalán, por poner un ejemplo. No es que sea así, pero “supuestamente” podría ocurrir. Aunque a otros medios periodísticos le es más cómodo decir que los alauitas querían saber de primera mano, lo que se estaba cociendo sobre el tema del Sáhara. Pero sobre tesis, hipótesis y tangentes cualquiera puede elaborar su historia.

Esto ya no es lo que era. Como aquel episodio de “La Camarga” donde un florero grabó toda la conversación que llevó a Jordi Pujol, hijo, a ser procesado, con personajes tales que el Cómic de Ibáñez, equipararía: la novia del “supuesto delincuente”, el amigo de la novia desde el cole, que era “mano derecha”, nunca mejor dicho, de un tal MpuntoRajoy, la presidenta del partido de la gaviota en Cataluña, unos detectives que utilizaban el Método 3, en toda una historieta del TBO.

Volviendo al meollo de la cuestión, el artículo de Ronan Farrow, publicado el 18/04/2022, en The New Yorker, ponía los pelos como escarpias, si nos fijamos en los estados que nos gobiernan y en cuyas manos está este “spyware comercial”. Un tal Hulio, socio-fundador de la empresa NSO Grup, declaró: ” Nunca imaginé en mi vida que esta empresa sería tan famosa y que tendríamos tanto éxito”, y es que lo de espiar ya no se queda en mirar por los visillos de la ventana, sino que la tecnología ha lanzado una herramienta líder de piratería patrocinada por el estado que hace furor entre los espías de varios, o muchos, países de nuestro entorno y fuera de él. También, frases de empleados de dicha empresa dejan caer que “oímos sobre cada llamada telefónica que está siendo pirateada en todo el mundo y recibimos un informe de inmediato”. Y Farrow deja por sentado que “NSO se ve a sí mismo como una especie de traficante de armas que opera en un campo sin normas establecidas”. Aunque me queda la tranquilidad de todo está bajo el control del ejército israelí y sus servicios de inteligencia y todo lo graban. Así que, si alguno se siente espiado y necesita una copia de las fotos, ya saben dónde recurrir.

Porque, mirando fríamente la situación, a mi entender, es uno de los episodios más peligrosos y miserables que se puedan dar en una democracia, aparte de las violentas cargas policiales contra los votantes pacíficos del Referéndum del 1-O (2017) en Cataluña. Hasta el extremo que la prensa internacional se ha hecho eco del escandaloso espionaje, empezando por el The New Yorker que sacó la investigación de Citizen Lab, pasando por el editorial muy duro de The Washington Post que exige una condena por la “violación flagrante de libertades civiles”, además Reuters y Associated Press, Le Monde, The Globe anda Mail, Político. La cadena norteamericana NBCNews señaló como ·”el Ministerio del Interior español dijo que ningún departamento del ministerio, ni la Policía Nacional o los cuerpos de la guardia civil de las fuerzas del orden han tenido relación alguna con NSO y que, por lo tanto, nunca han contratado ninguno de sus servicios”.

Una negativa, vestida con los diferentes trajes regionales, que han ido negando por activa y por pasiva la desvinculación del gobierno con el espionaje, intentando silenciar la gravedad de la piratería. Hasta que las “peleas” internas dejan a unos y otros con el culo al aire y las vergüenzas a la vista.

Como dice Antich (en El Nacional Cat). Se ha de tener muy poco conocimiento de lo que es la democracia en Europa para ir con el trabuco al hombro a propagar, a los cuatro vientos, que el programa Pegasus está para espiar a los dirigentes independentistas condenados por el Tribunal Supremo por sedición y para ampliar incluso el foco a todos aquellos que han venido defendiendo públicamente desde el referéndum del 1-O la proclamación de independencia del Parlament en 2017 que lo volverían a hacer.

Yo diría que tienen un morro que se lo pisan y una cara más dura que el cemento armado, por no hablar de la vena franquista que los alimenta. Sin olvidar quien compró dicho “programita” y para qué uso lo tiene. Porque si se ha utilizado para espiar abogados defensores del independentismo, malo, malo, malo. ¿Se anularán los juicios donde se haya utilizado información proveniente de este aparatito? ¡Quita locuelo! En este país de pandereta ni se dimite, ni se anula lo que vaya contra la sacrosanta unidad. Que esto es una democracia a la española. Que lo de “plena” sólo se refiere a lo que la impregna en las “cloacas patrióticas.”

(Continuará…)

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