Comparte con tus amigos

Segunda entrega: Complicaciones no esperadas de un triunfo avasallador

1/julio/2024

En la entrega anterior reflexionamos sobre el carácter legal, aunque ilegítimo, del triunfo de la candidata del presidente. Y aventuramos la hipótesis de que, a la hora de decidir su voto, en buena parte de la clase media y alta pesó más el temor a perder estabilidad económica y gobernabilidad a manos de un presidente incapaz de aceptar una derrota -y dispuesto a incendiar al país-, que el ideal de seguir construyendo una régimen republicano, liberal y democrático guiados por personajes siniestros al frente de marcas partidistas sumamente desprestigiadas.

En esta segunda entrega vale la pena revisar algunas posibles complicaciones -y repercusiones no esperadas- derivadas del empoderamiento de López Obrador a raíz del triunfo avasallador de su candidata.

1. Un “segundo aire” para el Maximato

Coincido con varios analistas en que el principal beneficiario de una victoria tan contundente, más que Claudia Sheinbaum, fue López Obrador. El que es percibido como el artífice del triunfo es él. La gran mayoría de candidatos ganadores se la deben a él. Todos saben que fue él quien operó la campaña, el que violó sistemáticamente la ley para posicionar a su candidata y el que logró imponer su narrativa, incluso entre las clases medias y altas.

De hecho, él mismo se percibe como el principal ganador del proceso electoral y sabe que se le han vuelto a alinear las estrellas para tratar de perpetuarse en el poder, como era su plan original. Y sabe que si no aprovecha el momento, es muy probable que la nueva presidenta lo vaya acotando poco a poco mientras va formando su propio bloque de poder.

2. Avanza López Obrador en su agenda

Si en realidad se propone utilizar a su favor esta suerte de “segundo aire”, López Obrador tendría que lograr tres objetivos inmediatos: mantener el control sobre la agenda de la transición, lograr la mayoría calificada, concretar el golpe al poder judicial y desactivar los escándalos de corrupción de sus hijos. Todo ello, sin debilitar “de más”, la figura presidencial.

Ya vimos que esa ha sido la línea de acción del presidente y que va avanzando en una agenda de transición a su favor. También ya vimos que el INE y el Tribunal Electoral le “concedieron” la sobre representación necesaria a su coalición para obtener la mayoría calificada en la Cámara de Diputados (solo le faltarían tres votos en el Senado). Solo falta asestar el golpe final contra el Poder Judicial y los comunicadores y organizaciones civiles que denunciaron a sus hijos por actos de corrupción.

3. “Líder Moral” de Morena

Ahora bien, el siguiente reto inmediato es lograr “legitimar” de alguna forma, su presencia y liderazgo en el nuevo gobierno. Y para ello, necesita crear una figura simbólica que logre incrustarse en la política nacional, que cuente con el respaldo de “las fuerzas vivas del partido” y del electorado más devoto de la 4t.

Así que es muy probable que en estos días surjan algunas voces que “le pidan” al presidente que acepte ser líder moral de Morena o algo parecido. Después de todo, Morena es su partido, es su movimiento y él es el que mantiene unido ese amasijo de tribus y mafias. Seguramente terminará aceptando el cargo y  Sheinbaum no tendrá para dónde hacerse.

4. Camino a la reelección

Finalmente, para terminar de sentar las bases de su regreso al poder, deberá hacerse del control de la agenda legislativa del nuevo gobierno, acelerar el cambio de régimen y ser designado por el gobierno de Sheinbaum en un cargo de responsabilidad al más alto nivel.

Eso implica impulsar una reingeniería institucional completa del sistema político mexicano para ponerlo al servicio del partido en el poder y cancelar la competencia electoral. Implica, asimismo, aceitar la maquinaria de una “democracia” plebiscitaria que, como dice Ferrajoli (Poderes Salvajes. La crisis de la democracia constitucional), neutralice el sistema de reglas, separación y contrapesos al poder, y que sea el consenso popular la única fuente de legitimación del poder político.

Algunos analistas como Sergio Negrete (https://literalmagazine.com/una-presidencia-bicefala/) hablan de la posibilidad de que el Congreso aprobara la reelección no consecutiva y/o creara la figura de Jefe de Estado.

De esta manera, López Obrador podría conseguir su objetivo último de perpetuarse en el poder. Será hasta entonces cuando muchos apoyadores vean con profundo arrepentimiento, cómo fueron engañados y utilizados por el caudillo.

En la tercera entrega hablaremos de las expectativas de riesgo de corto plazo que pueden echar por tierra no solo el plan de López Obrador, sino la estabilidad y la gobernabilidad del país.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *